El blog de MATEÍNA

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martes, 24 de agosto de 2010

"La resistencia no es llevar un arma, es crear expectativas"

Entrevista en La Contra de La Vanguardia a Yaser Qus, afropalestino activista por los derechos humanos
Tengo 36 años. Nací y vivo en Jerusalén. Casado. Licenciado en Psicología y Sociología y máster en Ciencias Políticas. Dirijo el Centro de la Comunidad Africana de Jerusalén. Mi política es la conquista de los derechos humanos. No soy religioso pero cultivo mi espiritualidad.


¿Cuándo llegaron los africanos a Jerusalén?
Hubo tres oleadas, la primera, en 1200, cuando parte del África subsahariana se hizo musulmana y peregrinaron a la Meca. La última llegó con Naser en los años 50 y se asentó en la Jerusalén dividida.

¿Y se implicaron en la resistencia?
Sí, activamente. Se instalaron en la ciudad vieja y se convirtieron en los guardianes de la explanada de las Mezquitas (mi padre era uno de ellos).

¿Nació usted en la violencia?
En la primera intifada, cuando tenía 14 años, volviendo del colegio a casa junto a dos compañeros, nos arrestaron por tirar piedras en una manifestación en la que no estábamos participando. Pero los soldados israelíes arrestan a los jóvenes de forma arbitraria para sonsacarles información.

¿Qué sentía usted hacía los judíos?
Miedo, pero nunca albergué un sentimiento de odio hacia los judíos, ya que había muchos en contra de la ocupación. De hecho, la abogada que me defendió era judía. Aquellos cuatro días de cárcel cambiaron mi vida. Fue una experiencia durísima. Tomé conciencia de que vivía en peligro, de que no había justicia para mí.

¿Cómo evolucionó su vida?
Al cabo de tres meses, uno de los chicos que arrestaron conmigo fue asesinado por colonos cuando iba en bicicleta de Jerusalén a Ramala. Fue el primer mártir palestino en Jerusalén. Tenía 14 años y era cristiano.


Y dos meses después yo volví a ser arrestado. Los presos palestinos estaban en huelga de hambre y algunos de sus familiares los secundaban en la sede de la Cruz Roja. Vecinos y amigos fuimos a visitarles. Irrumpió el ejército y arrestaron a los jóvenes de entre 14 y 25 años (tres chicos y cuatro chicas). Nos metieron un mes en la cárcel y nos expulsaron un año de Cisjordania.

¿Adónde fue?
Me acogió una familia en Ramala. Cuando volví me involucré en un movimiento estudiantil ilegal y volví a ser arrestado. Me torturaron física y psicológicamente.

¿Por primera vez?
Siempre que te detienen te esposan las manos a la espalda, te vendan los ojos y empiezan a pegarte. Cada soldado que cruza delante de ti te pega, así puedes estar dos o tres horas, en la calle, no importa la edad que tengas. Luego, el interrogatorio: "¿Prefieres el camino largo o el camino corto?".

Usted es de los que escogen el largo.
A los 17 años volví a ser arrestado por ser miembro del Frente Popular para la Liberación de Palestina. Entraron en casa, intenté escapar y me dispararon en una pierna. Sin pasar por el hospital me llevaron ante la policía secreta, el Shin Bet.

Tienen fama de duros.
Estuve bajo interrogatorio tres meses: me torturaron sin dormir. Me ataban a una silla para zarandearme durante horas hasta que caía inconsciente, una y otra vez. Es una tortura que no deja marca, de manera que llegas a dudar de si has sido torturado.

¿Fue a juicio?
Un tribunal militar, que no podía juzgarme porque era menor, me condenó a cuatro años de cárcel. Al cabo de cuatro años de libertad me volvieron a arrestar por la implicación del Frente Popular en la muerte del ministro de Turismo israelí. Tras un mes de interrogatorio me soltaron porque no encontraron pruebas. En el 2004 otra vez.

¿Por qué?
Sin acusación, detención administrativa. Estoy considerado peligroso para la seguridad de la región. Seis meses más de cárcel.

Cuénteme la vida en la cárcel.
Los palestinos establecen sus leyes; cada sector tiene un líder elegido democráticamente por los presos, cuya vida está bajo el control de las diferentes fracciones políticas que organizan sus días y los forman.

¿Y por qué lo permiten?
Hay 11.000 presos políticos, todos unidos, los funcionarios no quieren problemas.

¿Cómo ve su futuro?
Siendo niño leí una frase de Ghasan Kanafani: "La vida es como un teatro y tú tienes que decidir si quieres ser actor o público". Desde mi primera detención tuve claro en qué lado quería estar. Quiero terminar con esta obra de teatro titulada La ocupación.


Pero si no se acaba, mis hijos y los hijos de estos continuarán actuando. Nos mueve la necesidad de vivir una vida normal, sin miedo ni abusos. Lucho por mantener mis sueños, si dejamos de soñar dejamos de vivir.

¿Contempla todo tipo de lucha o únicamente la resistencia no violenta activa?
La resistencia no es llevar un arma, es crear expectativas y opciones en tu vida. Un niño que para ir a la escuela debe cruzar un checkpoint,eso es resistencia. No debemos utilizar los métodos de la ocupación, lo más importante es mantener la humanidad. Debemos mostrarle al mundo que somos humanos y que tenemos derecho a vivir.

Defíname humanidad.
En cada uno de nosotros se acumula lo mejor de la historia: Sócrates, Marx, Gandhi. Humanidad es pensar en esos modelos y tener valores. Un revolucionario checo dijo: "Cuando tú decides y crees en lo que haces no tienes derecho a desprenderte de ello". Y pienso que lo más importante ahora, no sólo para los palestinos, es sabernos personas y como tales no aceptar las injusticias.


Resistir
"Somos 400 palestinos de origen africano que vivimos en el centro de la ciudad antigua de Jerusalén. Mi familia es de origen musulmán, pero yo he estudiado en una escuela cristiana y para mí lo sagrado tiene que ver con lo humano. Un vendedor que cruza cada día ilegalmente de Belén a Jerusalén es sagrado". Qus ha estado en la prisión israelí más de doce veces cumpliendo diferentes penas. Allí se hizo fuerte, se formó y se serenó: "Aproveché para leer y trabajar las emociones. Estamos bien organizados y somos muy activos: huelgas de hambre y resistencia activa y pacífica dentro de las prisiones". Ha recibido el premio Esperanza de la Comunidad Palestina de Catalunya.

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