Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
DE: Veteran Intelligence Professionals for Sanity (VIPS)
REFERENCIA: Guerra con Irán
Le escribimos para alertarle sobre la probabilidad de que Israel podría atacar a Irán ya durante este mes. Eso probablemente conduciría a una guerra más amplia.
Los dirigentes de Israel calcularían que una vez iniciada la batalla, una política en la que usted dé algo menos que un generoso apoyo a Israel será insostenible, no importa cómo haya comenzado la guerra, y que entonces tropas y armamentos estadounidenses fluirán libremente. Una guerra más amplia podría terminar en última instancia en la destrucción del Estado de Israel.
Esto puede evitarse, pero sólo si usted actúa rápidamente para impedir un ataque israelí, condenando públicamente un acto semejante antes de que suceda.
Creemos que comentarios de altos responsables estadounidenses, incluyendo los suyos, reflejan una confianza mal colocada en el primer ministro israelí [Benjamin] Netanyahu.
En realidad, la expresión en sí puede ser reveladora, como cuando el director de la CIA, Panetta, señaló displicentemente que Washington deja que los israelíes decidan si atacan a Irán y cuándo, y cuánto “espacio” se deja al esfuerzo diplomático.
El 27 de junio, Panetta dijo a Jake Tapper de ABC: “Pienso que están dispuestos a darnos el espacio para intentar cambiar a Irán diplomáticamente… en lugar de cambiarlo mediante medios militares”.
De la misma manera, el tono que usted utilizó al referirse a Netanyahu y a su persona en su entrevista del 7 de julio con la televisión israelí estuvo claramente en desarmonía con décadas de historia deplorable con los dirigentes israelíes.
“Ninguno de nosotros trata de sorprender al otro”, dijo usted, “y pienso que el primer ministro Netanyahu está comprometido con esa actitud”. Tal vez convenga que usted pida al vicepresidente Biden que le recuerde el tipo de sorpresas que encontró en Israel.
Los ataques por la espalda han sido hace tiempo una flecha en el carcaj de Israel. Durante la crisis emergente en Oriente Próximo en la primavera de 1967, algunos de nosotros presenciamos de cerca una avalancha de sorpresas y engaños israelíes, cuando predecesores de Netanyahu simularon miedo de un inminente ataque árabe como justificación para iniciar una guerra a fin de apoderarse de territorios árabes y ocuparlos.
Hace tiempo habíamos concluido que Israel había estado exagerando la “amenaza” árabe mucho antes de 1982 cuando el ex primer ministro israelí Menachem Begin confesó públicamente:
“En junio de 1967, teníamos una alternativa. Las concentraciones del ejército egipcio en las cercanías del Sinaí no probaban que [el presidente egipcio] Nasser estaba realmente a punto de atacarnos. Debemos ser honestos con nosotros mismos. Decidimos atacarlo”.
Israel, en los hechos, se había preparado bien en lo militar, y también había organizado provocaciones contra sus vecinos, a fin de provocar una reacción que pudiera utilizarse para justificar la expansión de sus fronteras.
Ante este historial, sería bueno encarar con un escepticismo adecuado cualesquiera garantías privadas que Netanyahu haya podido dar de que Israel no lo sorprenderá con un ataque contra Irán.