El blog de MATEÍNA
El blog de Mateína
viernes, 18 de diciembre de 2009
CONFRONTACIONES EN COPENHAGUE, por Leonardo Boff
En Copenhague, en las discusiones sobre las tasas de reducción de los gases productores del cambio climático se enfrentan dos visiones de mundo: la de la mayoría de los que están fuera de la Asamblea, venidos de todas partes del mundo, y la de los pocos que están dentro, que representan a los 192 estados. Estas visiones diferentes están cargadas de consecuencias, significando, en el límite, la garantía o la destrucción de un futuro común.
Los que están dentro, fundamentalmente, reafirman el sistema actual de producción y de consumo, incluso sabiendo que implica sacrificio de la naturaleza y creación de desigualdades sociales. Creen que, con algunas regulaciones y controles, la máquina puede seguir produciendo crecimiento material y ganancias como ocurría antes de la crisis.
Pero hay que denunciar que justamente este sistema es el principal causante del calentamiento global al emitir anualmente 40 mil millones de toneladas de gases contaminantes. Tanto el calentamiento planetario como las perturbaciones de la naturaleza y la injusticia mundial son consideradas como externalidades, es decir, como realidades no intencionadas y que por eso no entran en la contabilidad general de los estados y de las empresas. Lo que cuenta en definitiva es el lucro y tener un PIB positivo.
Pero ocurre que estas externalidades se han vuelto tan amenazantes que están desestabilizando el sistema-Tierra, mostrando el fracaso del modelo económico neoliberal y poniendo en grave peligro el futuro de la especie humana.
No pasa por la cabeza de los representantes de los pueblos que la alternativa sea cambiar a un modo de producción que implique una relación de sinergia con la naturaleza. La sola reducción de las emisiones de carbono manteniendo el mismo pillaje de los recursos es como si pusiéramos un pie en el cuello de alguien y le dijéramos: quiero que seas libre, pero con la condición de que sigas teniendo mi pie en tu cuello.
Precisamos impugnar la filosofía subyacente a esta cosmovisión. Ella desconoce los límites de la Tierra, afirma que el ser humano es esencialmente egoísta y que por eso no puede cambiar, que puede disponer de la naturaleza como quiera, que la competición es natural, que por la selección natural los débiles son engullidos por los más fuertes, y que el mercado es el regulador de toda la vida económica y social.
Por el contrario, reafirmamos que el ser humano es esencialmente cooperativo, porque es un ser social, pero se vuelve egoísta cuando rompe con su propia esencia. Dando centralidad al egoísmo, como hace el sistema del capital, hace imposible una sociedad de rostro humano. Un hecho reciente lo demuestra: en cincuenta años los pobres recibieron 2 billones de dólares de ayuda mientras que los bancos recibieron 18 billones de dólares en un año. No es la competición lo que constituye la dinámica central del universo y de la vida sino la cooperación de todos con todos. Desde que se descubrieron los genes, las bacterias y los virus como principales factores de la evolución, no se puede sostener la selección natural como se hacía antes. Ésta sirvió de base para el darwinismo social. El mercado entregado a su lógica interna enfrenta a todos contra todos y así desgarra el tejido social. Postulamos una sociedad con mercado, no de mercado.
La otra visión, la de los representantes de la sociedad civil mundial, sostiene: la situación de la Tierra y de la Humanidad es tan grave que solamente el principio de cooperación y una nueva relación de sinergia y de respeto hacia la naturaleza podrán salvarnos. Sin eso vamos hacia el abismo que hemos cavado nosotros mismos.
Esa cooperación no es una virtud cualquiera. Es aquella que en otro tiempo nos permitió dejar atrás el mundo animal e inaugurar el mundo humano. Somos esencialmente seres cooperativos y solidarios sin lo cual nos devoramos unos a otros. Por eso la economía debe dar lugar a la ecología. O hacemos este viraje o Gaia puede que continúe sin nosotros.
La forma más inmediata de salvarnos es volver a la ética del cuidado, buscando el trabajo sin explotación, la producción sin contaminación, la competencia sin arrogancia y la solidaridad a partir de los más débiles. Éste es el gran salto que se impone en este momento. A partir de él la Tierra y la Humanidad pueden llegar a un acuerdo que salvará a ambos.
Fuente: Servicios Koinonía
jueves, 17 de diciembre de 2009
EMPATÍA PARA ENTENDER A LOS DEMÁS
La empatía, en su definición clásica, es la capacidad cognitiva de percibir en un contexto común lo que un individuo diferente puede sentir.
Yo creo que las palabras clave para entender de qué deberíamos estar hablando cuando nos referimos a la empatía son “en un contexto común“. Es imposible comprender a alguien si no sabemos de lo que está hablando, y esto a un nivel mucho más profundo de lo que normalmente entendemos.
Si alguien nos confiesa que la ruptura con su pareja está haciendo que tenga un grave problema emocional, para ser capaces de entenderlo realmente debemos saber no sólo las implicaciones lógicas del problema, sino también las emocionales: y eso sólo se consigue habiendo vivido lo mismo. No deberíamos aconsejar a nadie sobre ningún tema si no hemos pasado por algo similar, puesto que entonces no habría un “contexto común” sobre el que basar la empatía.
Y aconsejar desde el desconocimiento suele ser muy parecido a juzgar sin elementos de juicio. Sólo se puede aconsejar, y con mucho cuidado, desde la empatía. Y aún así deberíamos ir con extrema cautela.
Cuando esa persona nos confiesa su problema, nuestra mente tiende a reducirlo todo a términos simples, dicotómicos, tipo “o haces esto, o haces aquello, está claro”: y si lo manifestamos así, estamos haciendo muy poca justicia a la persona que tenemos delante, que seguramente le ha dado miles de vueltas al asunto intentando encontrar una solución. Muchas veces, cuando estamos delante de un problema, SABEMOS la solución: solamente necesitamos que nos comprendan, no que nos la digan.
Un consejo es algo muy precioso tanto para el que lo recibe, como para el que lo da. Y los damos con demasiada prodigalidad. Hay veces que, como en la cita anónima de arriba, basta con creer y escuchar a la otra persona… aunque no la entendamos.
Otro tema muy interesante a la hora de la empatía, y que no está incluido en la definición anterior, es la tendencia que tenemos a relativizar los problemas de los demás. El clásico “no te preocupes“. O “hay gente que está mucho peor que tú”. Y también es un tema delicado…
Mi opinión es que un poco de relativización, en general, no viene mal. Es decir, muchas veces nos sentimos agobiados por problemas que si somos capaces de verlos en una perspectiva más amplia pierden gran parte de su importancia relativa. No obstante, el llevar esto al extremo puede llevar a absurdos: parafraseando a Arnold Wesker, ni todas las causas buenas de este mundo pueden impedir que llore por un amor perdido…
El vídeo de 4 minutos que sigue nos ejemplifica precisamente este tema. Muchas veces, el ser capaces de darnos cuenta del sufrimiento ajeno nos ayuda a la hora de superar nuestros problemas: y sólo siendo mejores personas podremos ayudar realmente al mundo.
Artículo de Peregrino
Fuente: El Blog Alternativo
Yo creo que las palabras clave para entender de qué deberíamos estar hablando cuando nos referimos a la empatía son “en un contexto común“. Es imposible comprender a alguien si no sabemos de lo que está hablando, y esto a un nivel mucho más profundo de lo que normalmente entendemos.
Si alguien nos confiesa que la ruptura con su pareja está haciendo que tenga un grave problema emocional, para ser capaces de entenderlo realmente debemos saber no sólo las implicaciones lógicas del problema, sino también las emocionales: y eso sólo se consigue habiendo vivido lo mismo. No deberíamos aconsejar a nadie sobre ningún tema si no hemos pasado por algo similar, puesto que entonces no habría un “contexto común” sobre el que basar la empatía.
Y aconsejar desde el desconocimiento suele ser muy parecido a juzgar sin elementos de juicio. Sólo se puede aconsejar, y con mucho cuidado, desde la empatía. Y aún así deberíamos ir con extrema cautela.
Cuando esa persona nos confiesa su problema, nuestra mente tiende a reducirlo todo a términos simples, dicotómicos, tipo “o haces esto, o haces aquello, está claro”: y si lo manifestamos así, estamos haciendo muy poca justicia a la persona que tenemos delante, que seguramente le ha dado miles de vueltas al asunto intentando encontrar una solución. Muchas veces, cuando estamos delante de un problema, SABEMOS la solución: solamente necesitamos que nos comprendan, no que nos la digan.
Un consejo es algo muy precioso tanto para el que lo recibe, como para el que lo da. Y los damos con demasiada prodigalidad. Hay veces que, como en la cita anónima de arriba, basta con creer y escuchar a la otra persona… aunque no la entendamos.
Otro tema muy interesante a la hora de la empatía, y que no está incluido en la definición anterior, es la tendencia que tenemos a relativizar los problemas de los demás. El clásico “no te preocupes“. O “hay gente que está mucho peor que tú”. Y también es un tema delicado…
Mi opinión es que un poco de relativización, en general, no viene mal. Es decir, muchas veces nos sentimos agobiados por problemas que si somos capaces de verlos en una perspectiva más amplia pierden gran parte de su importancia relativa. No obstante, el llevar esto al extremo puede llevar a absurdos: parafraseando a Arnold Wesker, ni todas las causas buenas de este mundo pueden impedir que llore por un amor perdido…
El vídeo de 4 minutos que sigue nos ejemplifica precisamente este tema. Muchas veces, el ser capaces de darnos cuenta del sufrimiento ajeno nos ayuda a la hora de superar nuestros problemas: y sólo siendo mejores personas podremos ayudar realmente al mundo.
Artículo de Peregrino
Fuente: El Blog Alternativo
NI SIQUIERA VOSOTROS PODÉIS CONTROLAR ESTA CUMBRE, pir Naomi Klein
El sábado por la noche, después de una semana de vivir de los bares de snacks del centro de conferencias, unos cuantos de nosotros fuimos invitados a una deliciosa cena casera con una familia danesa de carne y hueso. Tras pasar la velada atónitos ante sus muebles de estilo, algunos de nosotros sentíamos curiosidad: ¿por qué los daneses son tan buenos en diseño?
“Somos frikis del control”, respondió inmediatamente nuestro anfitrión. “Viene de ser un país pequeño con no mucho poder. Tenemos que controlar lo que podamos.”
Cuando va de producir accesorios lumínicos absurdamente atractivos y sillas de escritorio alucinantemente confortables, esta forma danesa de desplazamiento (1) es clarísimamente algo muy bueno. Cuando va de organizar una cumbre mundial con intención de cambio, la necesidad de los daneses por el control se convierte en un serio problema.
Los daneses han invertido una cantidad enorme de dinero en el co-branding (2) de su ciudad capitolio (ahora “Hopenhagen” (3)) con una cumbre que supuestamente salvará el mundo. Eso estaría bien si esta cumbre de verdad estuviera en el camino de salvar el mundo. Pero como no es así, los daneses están intentando frenéticamente rediseñarnos.
Tomemos como ejemplo las protestas del fin de semana. Al final, alrededor de 1.100 personas han sido arrestadas. Esto es simple y llanamente una barbaridad. La manifestación del sábado, con aproximadamente 100.000 personas, tuvo lugar en un momento crucial de las negociaciones sobre el clima en el que todos los indicios apuntaban a un fracaso de las mismas o a un acuerdo peligrosamente débil. La marcha fue festiva y pacífica pero también tenaz. “El clima no se negocia” era el mensaje, y los negociadores occidentales necesitaban oírlo.
Cuando un puñado de personas empezó a lanzar piedras y a hacer estallar granadas sonoras (no, no fueron “disparos” como el Huffington Post alarmantemente informó), los manifestantes lo resolvieron por sí mismos pidiendo a la gente responsable de los hechos que abandonara la protesta, cosa que hicieron rápidamente. Yo estaba en ese lugar de la manifestación y aquello apenas interrumpió la conversación que estaba teniendo. Llamar a esto “disturbios”, como hizo absurdamente el British Telegraph, no es justo para los auténticos alborotadores y creadores de disturbios, de los que hay muchos en Europa.
Da igual. Los polis de Copenhague usaron un pequeño cristal roto como pretexto para detener a casi mil personas, haciendo lo propio con otras cien al día siguiente. Cientos de estos arrestados fueron acorralados juntos, forzados a sentarse en el helado pavimento durante horas, con las manos esposadas (y algunos tobillos también). De acuerdo con el organizador Tadzio Müller, ésta no fue la gente que lanzó piedras pero “el trato fue humillante”, orinándose encima algunos de los detenidos por no permitirles que se movieran.
Los arrestos, parte de un patrón reproducido durante toda la semana, sonaban como un aviso: no se tolerarán desvíos del mensaje “Hopenhagen”.
Dentro de la cumbre oficial, los delegados se congregaban alrededor de televisores de pantalla plana para ver a la policía empujar a los manifestantes contra la pared y romper la marcha. A algunos debió sonarles de algo. Después de todo, eso es en esencia lo que el gobierno danés y otras potencias occidentales han estado haciendo aquí durante toda la semana: intentar romper el bloque de los países en desarrollo, el G77, usando las clásicas tácticas del divide y vencerás, incluyendo la de empujar contra la pared a Estados especialmente vulnerables con ofertas exclusivas.
No habiendo sacado nada en claro del “texto danés filtrado”, esta tarde tuvo lugar una reunión a la que fueron invitados 40 Estados para cocinar un acuerdo; el resto de los 192 Estados representados no tienen ni idea de lo que han decidido – difícilmente es esto la democracia que la ONU había prometido.
La prueba definitiva sobre el asunto del control danés tendrá lugar el miércoles en la acción de Reclamo de Poder. Por la mañana marcharán los manifestantes hacia el Bella Center para exigir soluciones reales a la crisis climática, no la confusa matemática ni el comercio de carbono de oferta del interior. A los delegados ahí dentro que piensan de la misma manera –y los hay a miles- se les está invitando a unirse a los manifestantes.
Si todo va bien, en algún lugar cerca del Bella Center tendrá lugar una “asamblea del pueblo”, una oportunidad para resaltar algunas de las muchas soluciones de sentido común que se han obviado en las negociaciones, incluyendo la de dejar las arenas de alquitrán (4) de Alberta donde están y el pago de “reparaciones” climáticas.
Los organizadores del Reclamo de Poder han establecido con claridad que están comprometidos con una desobediencia civil no violenta. Incluso si son atacados por la policía, no responderán con violencia. Aún así, el espectro de una disidencia fuera de todo guión que desvíe la atención de la conferencia oficial del miércoles tiene locos, sin duda, a nuestros anfitriones daneses.
Esperemos que no se enfrenten a sus rollos sobre el control intentando amontonar a todo el mundo en gallineros: los manifestantes lejos del Bella Center, los delegados encerrados dentro. Porque esta acción –más que cualquier cosa que haya pasado hasta ahora– tiene el potencial de enviar un claro y mucho más necesario mensaje al mundo: sólo un acuerdo dictado por la ciencia y la justicia tendrá efecto.
Así que un recordatorio para nuestros anfitriones daneses: desde luego que Copenhague es vuestra ciudad, y nos encantáis por vuestras bicis y vuestros molinos. Pero el planeta es de todos. Dejad de diseñar la fotografía con nosotros fuera de ella.
Notas del Traductor:
(1) Psicoanálisis la transferencia inconsciente de una emoción intensa de un objeto a otro.
(2) El concepto convencional de "co-branding" es el de asociación de dos
marcas con el fin de potenciar el valor y la rentabilidad de las mismas.
(3) Juego de palabras con el nombre de la ciudad y el verbo “Hope”: tener esperanza
(4) También llamadas arenas bituminosas o arenas de petróleo
Visto en Rebelión
Fuente: Naomi Klein
miércoles, 16 de diciembre de 2009
POR AMINETU HAIDAR
Artistas españoles (algunas caras nos son familiares) han creado un video en apoyo a la activista que cumple un mes de huelga de hambre.
Fuente: Revista Namaste
Fuente: Revista Namaste
DECLARACIÓN DE LA MESA POLÍTICA DEL FRENTE AMPLIO ANTE SITUACIÓN DE PRESOS POLÍTICOS SAHARAUIS
La Mesa Política del Frente Amplio ante la situación de Aminatou Haidar y de los 8 presos políticos saharauis detenidos el pasado 8 de octubre por el gobierno de Marruecos declara:
-Su respaldo permanente a la lucha de la República Árabe Saharaui, reconocida por nuestro gobierno. En tal sentido, la lucha de Aminatou Haidar, representa para el Frente Amplio un punto de inflexión en el camino hacia la libertad del pueblo saharaui.
Considerando lo anterior, el Frente Amplio exige la pronta solución de una situación inadmisible, donde una ciudadana de un país reconocido por Uruguay no puede arribar a su tierra por una decisión que viola todas las normas del derecho internacional así como resoluciones de Naciones Unidas.
-Su condena a la prisión arbitraria de los ocho patriotas saharauis, considerando inválidos los procesos judiciales en su contra y señalando que cualquier condena sobre ellos, será considerada como un delito contra los derechos humanos.
APROBADO POR UNANIMIDAD
Montevideo, 14 de diciembre de 2009
martes, 15 de diciembre de 2009
EL ULTIMÁTUM EVOLUTIVO
Encontramos en El Blog Alternativo este maravilloso corto de animación realizado por Pablo Llorens para SETEM Comunitat Valenciana, una ONG que trabaja para sensibilizar a la población sobre la desigualdad económica y sus causas.
Dice en la página de SETEM:
Dice en la página de SETEM:
El ultimátum Evolutivo es un cortometraje realizado por la ONGD SETEM Comunitat Valenciana y el director ganador de dos Goyas, Pablo Llorens. Este corto forma parte de un proyecto de sensibilización con el que SETEM pretende concienciar sobre las causas y consecuencias del consumo irresponsable y acercarnos a alternativas positivas y a nuestro alcance.
"CALIENTA A UN MUERTO", tituló LA DIARIA
No hay avances en las negociaciones.
Un activista vestido de jinete del Apocalipsis se manifiesta frente al Parlamento danés con motivo de la Conferencia sobre Cambio Climático que se lleva a cabo en Copenhague. Foto: Efe, Kay Nietfeld
Tapa de La Diaria de hoy.
"LO MÁS DURO ES CUANDO ESCUCHO LLORAR A MI HIJO"
Al lado del colchón donde duerme todas las noches, Aminatou Haidar tiene una fotografía de sus dos hijos, Mohamed, de 13 años, y Kayat, de 15. La imagen tiene un lugar preferente en la pequeña estancia. En el rincón con sus cosas personales también hay una botella de agua y una figurita de porcelana. La habitación está en penumbra: Haidar sufre fotofobia.
Entrevista a la activista saharaui Aminetou Haidar, a los 29 días de huelga de hambre.
-¿Cómo se encuentra?
-Estoy bien, cansada pero bien. Me canso mucho.
-¿Continúa hablando con sus hijos, con su madre, por teléfono?
-Sí, como siempre. Pero hablar con Mohamed se me hace muy difícil, él está muy afectado, no tiene las fuerzas de Hayat. Cuando hablo con él, él empieza a llorar. Intento siempre tranquilizarlo, calmarlo, decirle que debe de ser paciente. Pero es un niño.
-De todos estos días, ¿cuál ha sido su momento más duro?
-No es sólo un momento, son varios. Hablar con Mohamed me afecta mucho. Los momentos más duros para mí son cuando le oigo llorar. Hablar con la niña es duro, pero con Mohamed es peor. Cuando él me pide que deje la huelga es muy duro. Tengo una foto aquí de ellos. La carta que mis dos hijos me enviaron también fue dura para mí. Pero por otro lado también me ha dado fuerzas, me ayuda a continuar. Cuando la recibí me acordé de los otros niños saharauis. En los que tienen a los padres desaparecidos, los que los tienen muertos, en la cárcel, en los campos de refugiados. Pensar me ayuda en continuar con mi lucha.
-El pasado jueves, en rueda de prensa, usted dijo que creía que Marruecos va a ceder en sus posiciones. ¿Sigue pensando lo mismo?
-Tengo la certeza de que Marruecos prefiere mi muerte. Tengo la certeza, estoy segura. Mantiene su posición para hacerme perder el tiempo a la espera de que pase una tragedia. Pero al mismo tiempo confío en la solidaridad internacional. Sobre qué va a pasar, no puedo hacer previsiones, no puedo garantizar nada. Yo no sé si voy a resistir o no. El momento puede llegar, ni los médicos ni yo podemos controlar mi estado. Estoy en una situación muy crítica. Hoy tengo fuerzas, pero nada me garantiza que no se me vaya a parar el corazón.
-Sobre la decisión de que no la vuelva a ver ningún médico, ni siquiera el doctor Guzmán, su médico personal, ¿podría dar marcha atrás?
-Soy flexible en eso. Tomé la decisión en protesta por la actitud del Gobierno español, pero soy flexible.
-¿Es consciente de todo el reconocimiento internacional que está teniendo estos días? ¿De toda la movilización que ha generado su figura? Para muchos, usted era una desconocida el día que empezó la huelga de hambre, y ahora no hay quien no conozca su rostro.
-Sí, soy consciente y estoy feliz por poder movilizar a personas de todo el mundo sobre la realidad de una población que está soportando día a día la ocupación ilegal de Marruecos.
-El Frente Polisario ha amenazado con volver a las armas si finalmente ocurriese algo grave con usted. Como defensora de los derechos humanos desde el pacifismo, ¿cómo ve la posibilidad de que su muerte se vuelva en una justificación para una nueva guerra?
-Soy una defensora de los derechos humanos de una forma no violenta. Soy una pacifista. Escogí como vía de resistencia el pacifismo. Pero el regreso a la guerra... Si el Frente Polisario, que es el representante legítimo del pueblo saharaui lo decide... Es un movimiento de liberación y, como tal, todas las posibilidades de acción son legítimas. Desde aquí lanzo un llamamiento a la comunidad internacional para que deje de ser espectadora en esta situación de injusticia. Pienso que es el momento de la comunidad internacional para tomar una decisión que ponga de una vez fin a este sufrimiento. Hay que dar a los saharauis una garantía de que se va a celebrar el referéndum por la autodeterminación.
-Si consigue regresar a El Aaiún, ¿cómo va a utilizar el reconocimiento internacional que ha adquirido?
-Para mí, el reconocimiento internacional es muy importante. Voy a continuar la vía pacífica de resistencia y multiplicar los esfuerzos para que Marruecos conceda a la población civil del Sáhara Occidental sus derechos fundamentales. Este reconocimiento internacional va a jugar un papel muy importante para que se rompa el muro de silencio que había alrededor de esta causa. Estoy segura y tengo la certeza de que las visitas de los observadores internacionales se van a multiplicar. Pero en ese momento, y como hace siempre, Marruecos tratará de expulsarlos.
-Muchos simpatizantes con la causa saharaui consideran que habrá un antes y un después de su huelga de hambre. ¿Su acción lo va a cambiar todo?
-No puedo tener la certeza. No lo puedo garantizar. Pero tengo confianza en este movimiento de solidaridad que se ha generado. Mi situación ha dejado clara para todos la verdadera imagen de Marruecos. Porque las personas de bien, las personas libres no podemos aceptar esos crímenes contra la humanidad. Y confío en ese movimiento solidario. Tengo confianza en que estas personas van a contagiar a otras para dar conocer la causa de los saharauis. Además ahora los medios de comunicación están sensibilizados sobre la causa. Vamos a continuar la lucha, tenemos argumentos.
-Si finalmente vence, ¿qué es lo primero que va a hacer cuando suba al avión? ¿Va a telefonear a sus hijos?
-La primera cosa que voy a hacer es agradecer a todas las personas que están conmigo desde el primer día de huelga. Daré también las gracias a los periodistas, que han tenido un papel fundamental al contar la realidad. La otra vez ya avisé por teléfono a mis familiares desde el avión (se refiere al vuelo frustrado a El Aaiún del pasado 4 de diciembre) y al final el regreso no fue posible. Ahora voy a exigir totales garantías de que voy a volver a mi casa, y será entonces cuando telefonee a mis hijos.
Entrevista realizada por Susana Hidalgo
Fuente: Periódico Público
LO QUE ESTÁ EN JUEGO EN COPENHAGUE, por Leonardo Boff
En Copenhague, los 192 representantes de los pueblos se enfrentan a algo irreversible: la Tierra ya se ha calentado, en exceso, por causa de nuestro estilo de producir, de consumir y de tratar la naturaleza. Sólo nos cabe adaptarnos a los cambios y mitigar sus efectos perversos.
Lo normal sería que la humanidad se preguntase como un médico pregunta a su paciente: ¿por qué hemos llegado a esta situación? Importa considerar los síntomas e identificar la causa. Seria un error tratar los síntomas dejando sin tratar la causa, que seguiría amenazando la salud del paciente. Es exactamente lo que parece estar ocurriendo en Copenhague. Se buscan medios para tratar los síntomas pero no se va a la causa fundamental. El cambio climático con eventos extremos es un síntoma producido por gases de efecto invernadero que tienen la huella digital humana. Las soluciones sugeridas son: disminuir los porcentajes de gases, más altos para los países industrializados y más bajos para aquellos en desarrollo; crear fondos financieros para socorrer a los países pobres y transferir tecnologías para los atrasados. Todo esto en el marco de incontables discusiones que dificultan los consensos mínimos.
Estas medidas atacan solamente los síntomas. Hay que ir más al fondo, a las causas que producen tales gases perjudiciales para la salud de todos los vivientes y de la propia Tierra. Copenhague sería la ocasión de echarle valor y hacer un balance de nuestras prácticas en relación con la naturaleza, reconocer con humildad nuestra responsabilidad y con sabiduría recetar el remedio adecuado. Pero no es esto lo que está previsto. La estrategia dominante es como recetar aspirina a quien tiene una grave enfermedad cardiaca en vez de hacerle un trasplante.
Tiene razón la Carta de la Tierra cuando reza: «Como nunca antes en la historia, el destino común nos convoca a buscar un nuevo comienzo... Esto requiere un cambio en la mente y el corazón». Es exactamente esto: no bastan los remiendos, necesitamos recomenzar, es decir, encontrar una forma diferente de habitar la Tierra, de producir y de consumir con una mente cooperativa y un corazón compasivo.
De entrada urge reconocer que el problema no en sí la Tierra sino nuestra relación con la Tierra. Ella ha vivido más de cuatro mil millones de años sin nosotros y puede continuar tranquilamente sin nosotros. Nosotros no podemos vivir sin la Tierra, sin sus recursos y servicios. Tenemos que cambiar. La alternativa al cambio es aceptar el riesgo de nuestra propia destrucción y de una terrible extinción de la biodiversidad.
¿Cuál es la causa? El sueño de buscar la felicidad a través de la acumulación material y del progreso sin fin, usando para eso la ciencia y la técnica con las cuales se puede explotar de forma ilimitada todos los recursos de la Tierra. Esa felicidad es buscada individualmente, entrando en competición unos con otros, favoreciendo así el egoísmo, la ambición y la falta de solidaridad.
En esta competición, los débiles son víctimas de aquello que Darwin llama selección natural. Sólo los que mejor se adaptan, merecen sobrevivir, los demás son, naturalmente, seleccionados y condenados a desaparecer. Durante siglos predominó este sueño ilusorio, haciendo pocos ricos por un lado y muchos pobres por el otro, a costa de una espantosa devastación de la naturaleza.
Raramente se plantea la pregunta: ¿puede una Tierra finita soportar un proyecto infinito? La respuesta nos viene siendo dada por la propia Tierra. Ella sola no consigue reponer lo que se le ha extraído. Perdió su equilibrio interno por causa del caos que hemos creado en su base físico-química y por la contaminación atmosférica que la hizo cambiar de estado. De continuar por este camino comprometeremos nuestro futuro.
¿Qué podríamos esperar de Copenhague? Apenas esta sencilla confesión: así como estamos no podemos continuar. Y un propósito simple: Vamos a cambiar de rumbo. En vez de la competición, la cooperación. En vez de progreso sin fin, armonía con los ritmos de la Tierra. En lugar del individualismo, la solidaridad generacional. ¿Utopía? Si, pero una utopía necesaria para garantizar un porvenir.
Fuente: Servicios Koinonía
IDEAS IRRACIONALES DE ALBERT ELLIS
1. La idea de que existe una tremenda necesidad en los adultos de ser amados por otros ; en vez de concentrarse en su propio respeto personal, o buscando aprobación con fines prácticos, y en amar en vez de ser amados.
2. La idea de que ciertos actos son feos o perversos, por lo que los demás deben rechazar a las personas que los cometen; en vez de la idea de que ciertos actos son autodefensivos o antisociales, y que las personas que cometan estos actos se comportan de manera estúpida, ignorante o neurótica, y sería mejor que recibieran ayuda.
3. La idea de que es horrible cuando las cosas no son como nos gustaría que fueran; en vez de considerar la idea de que las cosas están muy mal y por tanto deberíamos cambiar o controlar las condiciones adversas de manera que puedan llegar a ser más satisfactorias; y si esto no es posible tendremos que ir aceptando que algunas cosas son así.
4. La idea de que la miseria humana está causada invariablemente por factores externos y se nos impone por gente y eventos extraños a nosotros; en vez de la idea de que la neurosis es causada en su mayoría por el punto de vista que tomamos con respecto a condiciones desafortunadas.
5. La idea de que si algo es o podría ser peligroso o aterrador, deberíamos estar tremendamente obsesionados y desaforados con ello; en vez de la idea de que debemos enfrentar de forma franca y directa lo peligroso; y si esto no es posible, aceptar lo inevitable.
6. La idea de que es más fácil eludir que enfrentar las dificultades de la vida y las responsabilidades personales; en vez de la idea de que eso que llamamos “dejarlo estar” o “dejarlo pasar” es usualmente mucho más duro a largo plazo.
7. La idea de que necesitamos de forma absoluta otra cosa más grande o más fuerte que nosotros en la que apoyarnos; en vez de la idea de que es mejor asumir los riesgos que contempla el pensar y actuar de forma menos dependiente.
8. La idea de que siempre debemos ser absolutamente competentes, inteligentes y ambiciosos en todos los aspectos; en vez de la idea de que podríamos haberlo hecho mejor más que necesitar hacerlo siempre bien y aceptarnos como criaturas bastante imperfectas, que tienen limitaciones y falibilidades humanas.
9. La idea de que si algo nos afectó considerablemente, permanecerá haciéndolo durante toda nuestra vida; en vez de la idea de que podemos aprender de nuestras experiencias pasadas sin estar extremadamente atados o preocupados por ellas.
10. La idea de que debemos tener un control preciso y perfecto sobre las cosas; en vez de la idea de que el mundo está lleno de probabilidades y cambios, y que aún así, debemos disfrutar de la vida a pesar de estos “inconvenientes”.
11. La idea de que la felicidad humana puede lograrse a través de la inercia y la inactividad; en vez de la idea de que tendemos a ser felices cuando estamos vitalmente inmersos en actividades dirigidas a la creatividad, o cuando nos embarcamos en proyectos más allá de nosotros o nos damos a los demás.
12. La idea de que no tenemos control sobre nuestras emociones y que no podemos evitar sentirnos alterados con respecto a las cosas de la vida; en vez de la idea de que poseemos un control real sobre nuestras emociones destructivas si escogemos trabajar en contra de la hipótesis masturbatoria, la cual usualmente fomentamos.
(Extracto de The Essence of Rational Emotive Behavior Therapy de Albert Ellis, mayo 1994).
Tomado de www.andandosereno.blogspot.com
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