El blog de MATEÍNA
El blog de Mateína
viernes, 25 de junio de 2010
Entrevista a Eric Hobsbawm
Las mutaciones incesantes de un mundo sin sosiego.
Entrevista de Ñ
Vista en Adital
El gran historiador inglés, autor de clásicos ineludibles sobre el siglo XX, examina la crisis actual y los vertiginosos cambios de las últimas décadas en la política global, y retrata el horizonte por venir. Es probablemente el mayor historiador vivo. Su mirada es universal, como lo muestran sus libros La era de la revolución y La era del capitalismo. Esta entrevista constituye su más reciente ejercicio de una visión global sobre los problemas y las tendencias del mundo moderno.
Su obra Historia del siglo XX concluye en 1991 con una visión sobre el colapso de la esperanza de una Edad de Oro para el mundo.
¿Cuáles son los principales cambios que registra desde entonces en la historia mundial?
Veo cinco grandes cambios. Primero, el desplazamiento del centro económico del mundo del Atlántico norte al sur y al este de Asia. Este proceso comenzó en los años 70 y 80 en Japón, pero el auge de China desde los 90 ha marcado la diferencia. El segundo es, desde luego, la crisis mundial del capitalismo, que nosotros predijimos siempre pero que tardó mucho tiempo en llegar. Tercero, el clamoroso fracaso de la tentativa de Estados Unidos de mantener en solitario una hegemonía mundial después de 2001, un fracaso que se manifestó con mucha claridad. Cuarto, cuando escribí Historia del siglo XX no se había producido la aparición como entidad política de un nuevo bloque de países en desarrollo, los BRIC (Brasil, Rusia, India y China). Y quinto, la erosión y el debilitamiento sistemático de la autoridad de los Estados: de los Estados nacionales dentro de sus territorios y, en muchas partes del mundo, de cualquier clase de autoridad estatal efectiva. Acaso fuera previsible pero se aceleró hasta un punto inesperado.
¿Qué más le ha sorprendido?
Nunca dejo de sorprenderme ante la absoluta locura del proyecto neoconservador, que no sólo pretendía que el futuro era Estados Unidos, sino que incluso creyó haber formulado una estrategia y una táctica para alcanzar ese objetivo. Hasta donde alcanzo a ver, no tuvieron una estrategia coherente.
“Hoy en día, el pensamiento predominante es el cinismo”
Entrevista al filósofo Slajov Zizek
Entrevista de Johari Gautier Carmona para Diagonal
Ciertos conceptos que antes podían causar interés y generar movimientos para mejorar el sistema se han convertido en fantasmas. Es el caso de los conceptos de verdad y revolución, pero también el de comunismo o la simple búsqueda de un sistema alternativo al capitalismo. El reconocido filósofo y psicoanalista esloveno, Slajov Zizek, indaga en estas cuestiones y pone de relieve la necesidad de un esfuerzo colectivo para mejorar y cambiar el sistema.
Si los países del bloque socialista eran diabólicos, Zizek subraya que lo que se ha instalado después es igual de diabólico o más. Los regímenes comunistas han quedado descreditados porque han fallado con la consecución de sus principales objetivos. Ahora bien, los problemas generados por el sistema actual obligan a buscar nuevas soluciones. El calentamiento global, los vertidos de crudo (a los que EEUU responde de la manera más equivocada), la emergencia de biotecnologías que amenazan con la seguridad y la privacidad del ser humano, las nuevas formas de exclusión o la especulación desequilibrante son algunos de esos problemas que exigen una solución fuera del marco capitalista.
Entrevista de Johari Gautier Carmona para Diagonal
Ciertos conceptos que antes podían causar interés y generar movimientos para mejorar el sistema se han convertido en fantasmas. Es el caso de los conceptos de verdad y revolución, pero también el de comunismo o la simple búsqueda de un sistema alternativo al capitalismo. El reconocido filósofo y psicoanalista esloveno, Slajov Zizek, indaga en estas cuestiones y pone de relieve la necesidad de un esfuerzo colectivo para mejorar y cambiar el sistema.
Si los países del bloque socialista eran diabólicos, Zizek subraya que lo que se ha instalado después es igual de diabólico o más. Los regímenes comunistas han quedado descreditados porque han fallado con la consecución de sus principales objetivos. Ahora bien, los problemas generados por el sistema actual obligan a buscar nuevas soluciones. El calentamiento global, los vertidos de crudo (a los que EEUU responde de la manera más equivocada), la emergencia de biotecnologías que amenazan con la seguridad y la privacidad del ser humano, las nuevas formas de exclusión o la especulación desequilibrante son algunos de esos problemas que exigen una solución fuera del marco capitalista.
jueves, 24 de junio de 2010
Monte indígena en Uruguay
Ricardo Carrere es miembro fundador del grupo Guayubira y autor del libro "Monte indígena, mucho más que un conjunto de árboles", del que acaba de aparecer la segunda edición. De montes indígenas, fauna, montes artificiales y medio ambiente, charlamos con él en Mateína.
Para escuchar y/o descargar la entrevista, clic acá.
Martina Gadea: "Volvé a jugar" en El Tartamudo
Durante diez años Martina Gadea compuso y mostró sus canciones sólo a amigos, hasta que en 2009 apareció su primer disco: "Volvé a jugar". Los tres Ibarburu, Gustavo Montemurro y Martín Buscaglia son culpables de impulsarla y tienen gran participación como instrumentistas en el proyecto de Martina (Montemurro es, además, productor artístico del disco). Este jueves 24 Martina Gadea se presenta con su banda en El Tartamudo, de 8 de Octubre y Presidente Berro, a las 22 horas (entradas en venta en Red UTS). En Mateína charló y recorrió su disco con Jorge Temponi. Hablaron de letras, historias de sus canciones, estilo de canto, ternuras y timideces.
Para escuchar y/o descargar la entrevista, clic acá.
El vertido de petróleo en el Golfo: Una perforación en el mundo
por Naomi Klein
Visto en Adital
Todos los participantes reunidos en la reunión en la asamblea municipal habían sido instruidos repetidamente para que mostraran urbanidad hacia los señores de BP y del gobierno federal. Esos distinguidos personajes habían dedicado tiempo en sus agendas repletas para ir a un gimnasio de escuela secundaria un martes por la noche en Plaquemines Parish, Luisiana, una de numerosas comunidades costeras donde el veneno marrón penetra los humedales, parte de lo que ha llegado a ser descrito como el mayor desastre ecológico en la historia de EE.UU.
"Hablad con otros como quisierais que os hablaran", rogó el presidente de la reunión por última vez antes de dar la palabra para hacer preguntas.
Y durante un momento la multitud, compuesta sobre todo de familias de pescadores, mostró un notable autocontrol. Escucharon pacientemente a Larry Thomas, un afable agente de relaciones públicas de BP, mientras les decía que se comprometía a "hacerlo mejor" en el procesamiento de sus demandas por pérdida de ingresos -luego pasó todos los detalles a un subcontratista mucho menos amistoso. Escucharon hasta el final dandi de la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) mientras les decía que, contrariamente a lo que han leído sobre la falta de ensayos y que el producto está prohibido en Gran Bretaña, el dispersante químico que es pulverizado en cantidades masivas sobre el petróleo es realmente seguro.
Pero la paciencia comenzó a acabarse cuando Ed Stanton, capitán de los guardacostas, subió al podio por tercera vez para tranquilizarlos con la declaración de que "los guardacostas se proponen asegurar que BP lo limpie".
¡Póngalo por escrito!" gritó alguien. A estas alturas el aire acondicionado había dejado de funcionar y las neveras de Budweiser comenzaban a agotarse. Un camaronero llamado Matt O'Brien se acercó al micrófono. "No tenemos que escuchar más esto", declaró, con las manos sobre las caderas. No importa cuántas promesas nos ofrecen porque, explicó, "¡simplemente no confiamos en ustedes! Y al oírlo, le dieron tal ovación que se hubiera pensado que los Oilers (el desafortunado nombre del equipo de fútbol estadounidense de la escuela) había apuntado un tanto.
Visto en Adital
Todos los participantes reunidos en la reunión en la asamblea municipal habían sido instruidos repetidamente para que mostraran urbanidad hacia los señores de BP y del gobierno federal. Esos distinguidos personajes habían dedicado tiempo en sus agendas repletas para ir a un gimnasio de escuela secundaria un martes por la noche en Plaquemines Parish, Luisiana, una de numerosas comunidades costeras donde el veneno marrón penetra los humedales, parte de lo que ha llegado a ser descrito como el mayor desastre ecológico en la historia de EE.UU.
"Hablad con otros como quisierais que os hablaran", rogó el presidente de la reunión por última vez antes de dar la palabra para hacer preguntas.
Y durante un momento la multitud, compuesta sobre todo de familias de pescadores, mostró un notable autocontrol. Escucharon pacientemente a Larry Thomas, un afable agente de relaciones públicas de BP, mientras les decía que se comprometía a "hacerlo mejor" en el procesamiento de sus demandas por pérdida de ingresos -luego pasó todos los detalles a un subcontratista mucho menos amistoso. Escucharon hasta el final dandi de la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) mientras les decía que, contrariamente a lo que han leído sobre la falta de ensayos y que el producto está prohibido en Gran Bretaña, el dispersante químico que es pulverizado en cantidades masivas sobre el petróleo es realmente seguro.
Pero la paciencia comenzó a acabarse cuando Ed Stanton, capitán de los guardacostas, subió al podio por tercera vez para tranquilizarlos con la declaración de que "los guardacostas se proponen asegurar que BP lo limpie".
¡Póngalo por escrito!" gritó alguien. A estas alturas el aire acondicionado había dejado de funcionar y las neveras de Budweiser comenzaban a agotarse. Un camaronero llamado Matt O'Brien se acercó al micrófono. "No tenemos que escuchar más esto", declaró, con las manos sobre las caderas. No importa cuántas promesas nos ofrecen porque, explicó, "¡simplemente no confiamos en ustedes! Y al oírlo, le dieron tal ovación que se hubiera pensado que los Oilers (el desafortunado nombre del equipo de fútbol estadounidense de la escuela) había apuntado un tanto.
martes, 22 de junio de 2010
Unidos a la totalidad
por Ángeles Román
Cuando la palabra no existía, el hombre habitaba la tierra y recibía en silencio los favores de la naturaleza, escuchaba también sus mensajes, no comprendía ninguna ley, ni interior ni exterior, pero se avenía a ellas.
El lenguaje es orden, rigor de la palabra, secuencia; pero lo real inefable que proviene del fondo mismo de la existencia carece de orden, en su lugar hay despliegue, sucesión, fluido.
El “ego” o “yo” es el resultado de un influjo ejercido por la comunidad, nos preparan para salvarnos, tener, competir, acaparar, todo ello es un obstáculo para alcanzar una comprensión superior.
El “yo” debe sumarse en favor a la totalidad, a esa fuerza cósmica, así engrandecerse y trascender el egoísmo.
Entre el hombre y la naturaleza existe un puente de transmisión de mensajes, éstos están aguardando a ser escuchados.
El exceso de razonamientos y justificaciones a través de las palabras impide oír estos mensajes naturales, tratamos con ideas de las cosas, no tenemos la percepción directa de ellas, y las ideas pueden moldearse a intereses propios.
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Comida, no bombas
“El dinero que se gasta en el mundo para armas en una semana es suficiente para alimentar a toda la población mundial durante un año. Cuando millones de personas pasan hambre cada día, ¿cómo podemos gastar un céntimo más en armas de guerra?”
Food not Bombs - Comida, no Bombas es un grupo de colectivos repartidos por todo el mundo que se dedican a recoger alimentos sobrantes, que de otra manera irían a la basura, en supermercados y restaurantes y después cocinar y repartir a las personas más necesitadas en calles y parques. La comida que se distribuye es vegana o vegetariana.
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