por Aram Aharonian
Desde el punto de vista deportivo los resultados de la primera ronda del Mundial de Sudáfrica, clasificatoria para octavos de final, favorecen ampliamente a los sudamericanos. Veamos los datos: Sudamérica, participaron cinco y se clasificaron todos (100%); América del Norte, Centroamérica y Caribe, participaron 3, se clasificaron 2 (66%); Asia, participaron 3, se clasificaron 2 (66%); Europa, participaron 13 y se clasificaron 6 (46%); África, participaron 6, se clasificó uno (17%) y Oceanía, participaron 2, no se clasificó ninguno (0%).
Y es más: en cuartos de final estarán cuatro de las cinco selecciones sudamericanas (80%) Chile quedó afuera por enfrentarse a Brasil en octavos, y cuatro de los 13 equipos europeos (poco más de 30%).
Para llegar a Sudáfrica, los sudamericanos debieron pelear entre todas selecciones de nivel y no como los europeos que se enfrentaron a Islas Feroes, Luxemburgo, San Marino, Chipre, Andorra, “naciones”, algunas, que nos cuesta encontrarlas en los mapas. Uno de los temas más importantes es sincerar la situación: no puede ser que los europeos clasifiquen trece y los sudamericanos deban jugar repechajes para clasificar al quinto representante.
Pero para ello deben cambiar muchas cosas, entre ellas la actitud de sometimiento de los dirigentes del fútbol sudamericano a los dictados del Internacional Board de la FIFA y al reparto de negocios que encabeza Joseph Blatter. Tras el brasileño Joao Havelange, son los Cañedo, Texeira, Leoz, Grondona, quienes no han sabido –o querido- pelear por Sudamérica, limitándose a ser el coro de los negocios de los europeos. Esto sobre lo deportivo pero no quedan dudas que este Mundial es un gigantesco espectáculo en horario estelar… y un gran negocio.
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