
Foto: Nicolás Celaya
La emancipación de los modos de pensar eurocéntricos y la construcción de un sistema conceptual predominantemente latinoamericano son algunas de las tareas que el filósofo argentino-mexicano Enrique Dussel (Mendoza, 1934) ha emprendido desde hace casi medio siglo. La semana pasada estuvo en Montevideo para dar un curso sobre política de la liberación y una serie de conferencias en distintos foros sobre los bicentenarios de la independencia organizados por la Facultad de Humanidades (Udelar), el Museo Histórico y la Unión Latina.
-Frente a la conmemoración de los 200 años de independencia en nuestro continente, ¿qué significa tener una visión crítica?
-En distintas regiones y en distintos países la historia ha sido diferente, no es lo mismo en México, en Perú, en Brasil en el Caribe o en el Plata. 1810 es un momento clave, pero no en todas partes hubo una declaración de independencia y la toma de conciencia en algunos países se dio en 1808. Ahora en algunas partes, sobre todo en México, lanzan las campanas al vuelo y de una manera muy extraña, porque España está gastando muchos euros para también un poco inmiscuirse en el proceso de la emancipación. ¿Qué tiene que hacer España en la liberación nuestra, si justamente nosotros nos liberamos de España y de su rey? Entonces creo que en primer lugar habría que tomar muy en serio que esto no es un aniversario y que España no tiene nada que ver. Protesto contra este inmiscuirse de España en casi cualquier cosa. Han formado un súper comité internacional y gastado mucho para que nosotros estemos muy contentos. Ser crítico ante el proceso es primero decirle a España: “Nos independizamos de ustedes”, y en segundo lugar, no es nuestra madre patria, en último caso una patria hermana. Luego hay que ver que muchos de los grandes de la emancipación se vieron muy frustrados al terminar la primera parte de ese proceso. El mismo Artigas aquí: toda su lucha para la organización federal de un país se le frustró completamente bajo la hegemonía de Buenos Aires, y Uruguay terminó por emanciparse ya no de España sino del Río de la Plata, porque no se hizo lugar a las provincias. Nuestro proceso de emancipación fracasó en gran parte. Lo que dejó en el poder fue una oligarquía criolla que despreció profundamente a las culturas originarias. ¿Qué fue lo que pasó con un proyecto que no fue de independencia sino neocolonial, qué nos sigue pesando hoy en día? Tendría que ser un festejo con muchas preguntas.