Miguel Ángel Solá y Blanca Oteyza. Foto de El MundoEntrevista de Ima Sanchís a Miguel Ángel Solá en
La Contra de La Vanguardia de hoy.
Tengo 60 años. Nací en Buenos Aires y vivo en Madrid desde hace 12 años. Estoy casado con la actriz Blanca Oteyza y tenemos dos hijas. Licenciado en Humanidades. Deberíamos partir todos de la misma línea de meta y ayudar a los que se rezagan. Creo en Dios, no en la IglesiaNueve generaciones de artistas. ¿Predestinado?Nací dentro de un teatro y lo odiaba porque me robaba muchísimas horas de estar con mi madre. Pero el mismo día que me licencié, me presenté a un casting y me dieron el papel.
Usted ha sido Marco Antonio, Adán, un médico, un demente...He sido mil personajes dispares. Al principio creía que los hacía yo, pero con el tiempo me di cuenta de que son ellos los que vienen a contar una historia. Yo soy el portavoz; simplemente, tengo que abrirme.
Eso debe de tener sus riesgos.No utilizo la memoria en escena, para mí es contra natura, como lo es tener miedo por subir a un escenario o ante una cámara. Si eliges una cosa porque te hace feliz, no puedes sentir miedo, tienes que vivirla bien.
El miedo lo arruina todo.Estaba en las islas Canarias con el agua por las rodillas, se formó una ola gigante, como un edificio, y me cayó encima. Son fenómenos muy particulares: mareas del Pino. Me dejó boca abajo, como una araña, muriéndome en dos palmos de agua.
¿Quién le salvó?El conserje del hotel donde nos alojábamos me vio desaparecer, vino, me abrazó y la segunda ola le cayó a él enla espalda, la soportó y no me soltó, porque si no, se me hubiera llevado el mar. Primer diagnóstico: tetraplejia y después tres años de rehabilitación.
¿Qué ha aprendido de esa experiencia?Sólo servía para árbitro de ping-pong, y eso para mí no era vivir. Tuve que aprender a caminar, a tragarme los dolores... Hablábamos del miedo, y ahí lo sentí: miedo a ser un estorbo. Pensé en cómo suicidarme.
¿Ha superado el miedo?Hay miedos que se instalan cuando tienes hijos, son como larvas, y una larva no tiene nada que ver con un ser querido. Me da la sensación de que cuando uno piensa en el miedo, lo atrae.